lunes, 30 de abril de 2012

Algo sobre el juego.

Por Ari Rajsbaum

¿Piensas que los animales se divierten? Si tienes mascotas seguramente responderás que sí. Responderás esto porque habrás observado que los animales pasan una buena parte de su tiempo jugando y que siempre están disponibles para  ello. ¿Qué perro se resiste a que le lancen un palo? ¿Qué gato se resiste ante un hilo que serpentea frente a él?

Hoy se sabe que cuando los animales juegan, los circuitos cerebrales que se activan en ellos son muy semejantes a los que se activan en nuestro cerebro cuando jugamos y que secretan los mismos neurotransmisores que cuando nosotros nos divertimos.  Te recomendamos que mires el video que te mostramos aquí, en el verás a Jaak Panksepp, un neuropsicólogo especializado en el funcionamiento de las emociones. En este video puedes ver que, después de que Panksepp, hace cosquillas a la rata, esta persigue su mano para jugar con él.

Podríamos dedicar mucho tiempo a hablar sobre el juego ya que es tan importante para el desarrollo del cerebro. Como adelanto quisiera enunciar la siguiente idea:

Los mamíferos comienzan a jugar únicamente cuando se sienten seguros. El juego se da solo cuando los participantes perciben que no hay amenazas en el ambiente, cuando saben que las otras personas (o animales) no tienen intenciones hostiles.

Es muy importante pensar en esto, porque si nosotros generamos un ambiente de miedo en nuestra familia (o en otros medios), los niños y los adultos no  se van a atrever a generar un verdadero ambiente de lúdico y, como veremos en las próximas entradas, el juego es un verdadero nutriente para el desarrollo de todo el sistema nervioso. 

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