Todos los cachorros mamíferos necesitan de amor corporal.
(Anjana, chimpancé del zoológico China York)
Por Ari Rajsbaum
Cuando nace un bebé los niños se encuentran ante un
dilema: lo dejan dormir y comer cuando pida, o establecen horarios para que el
bebé aprenda pronto a dormir de corrido (y los padres puedan descansar). Este
dilema expresa tres necesidades reales:
- La necesidad de apego y cuidado del bebé.
- La necesidad que tiene el bebé de aprender a ir regulando sus estados físicos y mentales.
- La necesidad de la familia de vivir con cierta calma y predicibilidad.
¿Cuál gana?
Lo que debes saber es que los ritmos de sueño,
vigilia y alimentación del recién nacido están regulados biológicamente por un
reloj interno, cuyo mecanismo principal está en el sistema nervioso. Este reloj
se va ajustando conforme el bebé madure y por lo tanto, debemos tener
paciencia, no todos los bebés se desarrollan con igual velocidad. Las
oscilaciones entre el sol y el día, junto con la maduración biológica del niño,
irán acomodando su reloj interno a lo largo del primer año de vida.
Como habíamos contado en otro artículo (http://smarteriya.blogspot.mx/2012/02/porque-unas-personas-son-mas-nerviosas.html),
el amor expresado en cuidados físico a los bebés tiene consecuencias
determinantes para su desarrollo, por lo que es importante tranquilizarlos,
abrazarlos, dejarlos comer y descansar cuando lo necesitan, especialmente
cuando son muy pequeños. En términos generales, no es buena idea dejarlos
llorar hasta que se duerman o pasen tres horas antes de la siguiente comida
(aunque por supuesto hay excepciones).
Pero, ¿cómo ir estableciendo un ambiente ordenado y
predecible, especialmente conforme el niño va creciendo y sus demandas van
aumentando? Pon mucha atención a los siguientes principios:
1.
La mejor
forma de enseñar a que los niños internalicen una capacidad para organizar sus
conductas es por medio del ambiente: que nosotros como adultos hagamos todo lo
posible por mantener una vida ordenada a su alrededor: (horarios estables,
ambientes tranquilos en la noche u horas de la siesta y todo lo demás que
implica una mundo predecible alrededor del bebé).
2.
El
cansancio progresivo de los padres y la propia capacidad del niño para tolerar
dificultades (lapsos sin comer, capacidad de alejarse físicamente de los padres
al gatear, etc.), puede servir como indicador de que es momento de ir
estableciendo algunas rutinas aunque al bebé no le gusten.
3.
No
existen recetas, porque hay niños mucho más sensibles que otros. Algunos
necesitan ambientes cuidadosos y tranquilos por muy largos periodos, mientras
que otros adquieren pronto tolerancia a los ruidos, el hambre y otros
elementos. Hay niños cuyo sistema nervioso madura muy bien y otros que
mantienen ciertas áreas sin madurar hasta la adolescencia, cada niño necesitará
cuidados distintos y cada familia tiene condiciones y cualidades diferentes
para afrontar las situaciones. Pero hay un principio que es siempre útil: sean
cuales sean las decisiones, mientras más se apoyen los padres, el niño
percibirá mayor seguridad en el medio ambiente.
4.
Evitar a
toda costa la violencia física, verbal y emocional, aunque el niño solo sea
testigo de ella. La violencia activa al máximo el sistema de estrés del niño y
esto afecta profundamente el desarrollo de los sistemas cerebrales que ayudan a
las personas a autoregularse.
Que los bebés duerman es muy importante para su salud, debemos tener paciencia si les cuesta al inicio y marcarles unas rutinas para que sepan cuando toca dormir.
ResponderEliminarSaludos,
Juana