domingo, 13 de mayo de 2012

¿Resaltar el error o la cualidad?


Rosemary Willson es una exitosa publicista de Nueva York. Su matrimonio se rompió hace 3 años y ella tiene la custodia de su hijo de 11 años, Joel. Rosemary tiene la determinación de proveerle todo lo necesario, material y emocionalmente. Sin embargo, Joel está teniendo un tiempo difícil como un niño solo con un solo padre. Joel lleva un tiempo largo con problemas en la escuela, se ha convertido en un vago y se pone agresivo cuando se habla de esto en casa. Nunca ha mostrado mucho afecto por su cuidadora Joanne, aunque ella está altamente entrenada y hace todo por ganar la confianza del niño.

Rosemary ha decidido que la situación es tan seria, que lo tiene que abordar más sistemáticamente. Le pide a Joanne que apunte en una lista todos los malos comportamientos de Joel y que se informe diariamente acerca de su conducta en la escuela.

“El tiene que aprender” dice Rosemary. “Voy a revisar cada mañana cuidadosamente  la lista de malas conductas para explicarle porqué lo que hizo es inaceptable. Pronto veremos una gran mejoría. El es suficientemente inteligente; él simplemente necesita que le digan las cosas de manera consistente. Una vez que se de cuenta que estamos muy pendientes de él, él cambiará.”


A miles de millas al Suroeste, los Indios Lakota en Nuevo México también tienen a un adolescente que comete actos delictivos. Ha estado destrozando los carros que las personas estacionan frente a la tienda del pueblo. Cuando se le ha llamado la atención ha reaccionado con rudeza y groserías.

Una noche todo el clan se ha reunido para abordar el problema, formando un círculo muy grande. El padre del joven lo acompaña al centro del círculo y luego se regresa al perímetro donde están todos los adultos. El padre empieza a hablar:

“Tu eres nuestro primogénito, el más preciado. Tu madre y yo nos emocionamos cuando diste la primera patada en el vientre de tu madre. Salimos corriendo de la casa para contar a los vecinos que estabas vivo, sano y fuerte. Así fue, Cuando naciste gritaste tan fuerte que se te oía a 300 yardas a la redonda. ¡Que orgullosos nos sentíamos! ¡Que felices! Siempre nos has hecho sentir felices. ¡Cuando diste tus primeros pasos. ¡Cuando te caíste en el charco. ¡Como nos reímos!”

Así continuó el padre contando las memorias más alegres de la vida del hijo. No mencionó ninguna palabra de crítica. La tarea del padre consistía en recordar al hijo lo que significaba para la familia, el clan, y las personas, de todo el gusto y felicidad que trajo consigo, del bienestar que ha aportado a la familia extensa.

Cuando terminó, siguió el tío, luego los dos abuelos. Era después de medianoche cuando terminaron de hablar. Siguieron las mujeres hablando con tomos más suaves y sutiles.

Al final habló el jefe del Clan. Hizo un resumen de todo lo que se habló. Hablaba lentamente, haciendo pausas como si buscara manera profundas de repetir lo que ya se había dicho. El tema del que nunca se desvió era el mismo, el orgullo y el placer que este muchacho había traído al pueblo Lakota, a los vivos, a los muertos y a los que estaban por nacer. Nunca mencionó la vagancia, la conducta delictiva o la irresponsabilidad.

Cuando el viejo terminó hizo una pequeña señal. El círculo de personas se quedó quieto mirando al joven que estaba en el centro. Luego se alejaron perdiéndose en la noche.

¿Cuál de los adolescentes tiene mayores oportunidades de cambio? ¿Aquel, cuyas faltas de conducta son registradas y analizadas diariamente con la madre? ¿Aquel que ha asistido a un ritual donde se le recordó el lugar que tiene entre su gente?

Tomado de la Introducción
Elliott, Ch. (1999) Locating the energy for change: An introduction to Appreciative Inquiry. International Institute for Sustainable Development

2 comentarios:

  1. me parece maravillosa esta anécdota.el centrarse en lo positivo permite a la persona fortalecerse y equilibrar sus áreas a mejorar. A menudo, como padres es más común observar el error que la constante positiva.
    Saludos

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  2. Soy Irmgard. Si estoy de acuerdo contigo Pilivet, muchas veces podemos resolver los problemas cuando tratamos de aprender de lo que pasa cuando las cosas funcionan muy bien. En la preparatoria tuve un maestro que me dio un 10 en la materia de Etimologías. lo recuerdo muy bien porque no era muy comun que sacara una calificación tan alta. después de eso siempre estuve motivada de seguir sacanco buenas calificaciones con ese profesor.

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